Diversos estudios apuntan a que, al llegar a la edad de 65 a 74 años, los adultos mayores ya han perdido en promedio 18 dientes de 32 que tenemos en total en la boca 🦷. ¿Las razones? Principalmente por enfermedades que no se asocian directamente a la boca.
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Las enfermedades de la boca comienzan tempranamente y tienden a aumentar con la edad debido a distintos factores: uno de los principales son las enfermedades crónicas como la diabetes e hipertensión arterial, que tienen como consecuencia un mayor consumo de medicamentos, lo que a la larga puede producir una disminución del flujo salival y sequedad bucal (Xerostomía) ✔️.
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La resequedad bucal (Xerostomía) genera problemas de alimentación ya que dificulta la degustación (disminuye los sabores) y masticar y tragar alimentos. Además, aumenta el riesgo de padecer enfermedades bucales como úlceras, caries, enfermedad periodontal, infecciones por hongos (cándida), etc; ya que la saliva regula el pH bucal, previniendo las caries, y también posee una función protectora debido a que contiene anticuerpos 🙌🏽.
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Por otro lado, a medida que las personas van envejeciendo, se van haciendo más difíciles ciertas tareas. Un ejemplo de esto es cómo la disminución en la visión y movilidad puede afectar en una adecuada higiene oral; esto aumenta el riesgo de padecer enfermedades ya que existe una concentración de placa bacteriana 😱.
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Es por esto que es muy importante reforzar la higiene de estos pacientes, eliminar malos hábitos como el tabaquismo y ayudarlos en caso de presentar Xerostomía 🚬.
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Además, deben mantener una buena hidratación y alimentación y acudir a controles periódicos para ayudarlos a prevenir estos problemas, ya que la consecuencia principal es la pérdida dentaria, lo cual afecta de manera importante la calidad de vida de las personas.